¡A lo que vinimos!
1.- Identifica qué está sucediendo…
Al hacerlo, podrás cambiar tu percepción sobre las sensaciones y comenzarán a disminuir en frecuencia e intensidad.
Reconoce que no necesitas estar 100% atento, creyendo que estás ante un peligro real.
¿Recuerdas cuántas veces te has sentido así y no ha pasado nada?
2.- Observa tu reacción ante los síntomas.
Te has acostumbrado a generalizar y eso magnifica las sensaciones.
Sal de la cabeza y evita:
– Esa necesidad de eliminarlos.
– Tratar de entender el por qué.
– Negarlo, resistirte, controlarlo o evitarlo.
– Quejarte.
– Mantenerte en el rol de víctima.
– Sobreexigirte.
También puedes comenzar a aplicar a tu ritmo y desde un estado de presencia, los pasos más importantes:
- Identifica
- Permite
- Siente
- Exprésate
- Registra de manera consciente el cambio que sucede
3.- Observa con qué frecuencia te muestras en alerta, hipervigilante, qué tanta atención le pones a las sensaciones. Mientras más atención le pones, más aumenta y no está mal intensificar, sin embargo, vamos paso a paso.
4.- Registra qué necesidades estás buscando satisfacer y comienza a atenderlas (autocuidado):
– Dormir las horas mínimas requeridas.
– Descansar cuando tu cuerpo te lo pide.
– Hacer consciente tu respiración varias veces al día.
– Alimentarte de forma balanceada.
– Tener contacto con la naturaleza. Recuerda ·TU ERES PARTE DE ELLA”.
– Realiza alguna actividad física, la que más te guste… evita seguir modas.
– Bebe líquido.
¡Comienza! Solo da un primer paso sin que aparezca el “tengo que…”
5.- Libera la contracción emocional acumulada. Dale espacio a tu cuerpo para que se exprese… sin juicios.
Algunas formas de liberar son:
– Llorar.
– Hablar con alguien de confianza.
– Escribir.
– Soltar tu cuerpo bailando, danzando o simplemente moviéndolo sin seguir ningún patrón específico, solo muévete.
6.- Reconoce que tu cuerpo te está enviando un mensaje que necesitas identificar.
Has venido acumulando miedo por mucho tiempo y está alojado en tu cuerpo. Necesita salir y esta es una forma. ¿Incómoda? sí, pero necesaria para que le des espacio.
No le has estado prestando atención al cuidado de tu cuerpo de manera integral.
Has estado mucho tiempo en la cabeza creyéndote cosas que no son verdad.
Estás diciendo sí cuando quieres decir que no.
Tu nivel de autoexigencia es elevado y te autocriticas negativamente con frecuencia.
Estos tips no significan un trabajo profundo, sin embargo, son un primer gran paso, que te prometo, te abrirá la posibilidad de acercarte a esa vida de paz que tanto deseas.
Me vas contando…
¡Juntos en tu proceso de sanación y transformación!
Najiba
Me han funcionado muchos de estos tips, hoy en día siento que los síntomas han disminuido desde que los utilizo. Desde que empecé a entender que los síntomas eran una forma de liberar tensión, todo a mejorado. Logro identificar que mi detonante es el estrés, sin querer me autoexigo (hago muchas tareas a la vez y mi mente va a millon). He cambiado muchos hábitos, me cuido de forma integral pero reconozco que aún me falta recobrar la confianza en mi. Sigo trabajando en buscar esa tranquilidad, en respirar y vivir el presente. Gracias por el post y refrescar esos aspectos! A veces se siente mucho cansancio y decaemos.
Excelente trabajo! Gracias por compartir tu experiencia!
Gracias Najiba. Muy útiles tus consejos. Los revisaré a diario. Muchas gracias por tu valiosa ayuda. Bendiciones. Gracias.
¡Gracias a ti Alejandra por leernos!
Eres una bendición, gracias a Dios por tu Vida
Amén, amén, amén, gracias a Dios también por la tuya.