Un ataque de pánico es un episodio de miedo que aparece de forma inesperada. Se origina desde un pensamiento de peligro o amenaza inminente, generando síntomas físicos intensos.
Esa persona que está a tu lado y a quien le está faltando el aire, le tiemblan las piernas, le duele el pecho, tiene el corazón acelerado y siente que va a morir, es una persona normal, no está enferma, solo está pasando por un momento incómodo y lo único que está necesitando es un poquito de ti.
Entiendo que tú también estás lleno de miedo y dudas porque no sabes qué hacer ni qué decir, lo único que quieres es ayudar porque esa persona es importante para ti, sin embargo, no le ayudas cuando le dices:
- No exageres…
- ¡No puedo contigo!
- Cada vez estás peor…
- ¡No seas tan negativo!
- ¡Tienes que ser fuerte!
- ¡Supéralo ya!
- Mírale el lado positivo…
No todo el mundo está preparado para prestarle apoyo a quien vive un episodio de ataque de pánico, sin embargo, hay muchas formas de ayudarlo mientras él permite lo que le sucede.
Comprender es acompañar, incluso en silencio.
Si de algo te sirve, la próxima vez intenta más bien hacer esto:
- Escúchalo. No le pidas que se calme ni le des consejos.
- Hazle saber que estás allí acompañándolo.
- Asegúrate de saber qué está necesitando en ese momento.
- Invítalo a respirar a su ritmo, sin dirigirlo. Que sienta su respiración.
- Haz contacto físico si te lo pide; tómale la mano, por ejemplo.
- No le pidas que explique nada y no intentes comprender lo que está sucediendo.
Él necesita reconocer lo que está sintiendo y al permitirlo, se dará cuenta que sí, aunque sea incómodo, solo es la historia que se cuenta en su cabeza mientras lo vive.
No lo juzgues más, acompáñalo tantas veces como sea necesario y podrás ver poco a poco cómo evoluciona su proceso de transformación.
Me vas contando…
Juntos en tu proceso de sanación y transformación, ¡la seguimos!
najiba