Antes de comenzar, quiero comentarte algo…
Tal como dice Luis Ángel Díaz, creador del Proceso de Liberación de la Memoria Celular (@luiscmrdiaz), las heridas emocionales se crean por situaciones dolorosas del pasado, afectando significativamente tu salud y tus relaciones, lo que significa que buena parte de lo que eres, sientes y haces, tiene su origen en esas heridas y tu sistema de creencias está condicionado por ellas.
Es probable que lo que te pueda estar diciendo ahora te confunda un poco y te sea difícil identificar cuán herido estás. Sin embargo, te invito a ir un poco más allá…
¿Te sucede que te observas repitiendo patrones de comportamiento una y otra vez, sintiendo que hagas lo que hagas nada va a cambiar?
Si tu respuesta es sí es necesario comenzar.
Las heridas emocionales crean distorsiones y esas distorsiones a su vez, te hacen dudar de tu esencia y te impiden mostrarte genuino y vulnerable.
Y es que una distorsión te lleva a cuestionarte, juzgarte y desviar tu atención a una realidad que no existe, generando en ti más sufrimiento y dolor…
Veamos de qué se trata:
Cuando hablo de cuestionarte, de alguna manera te estoy diciendo que no estás conforme en cómo te ves (mi cuerpo no es lo suficientemente delgado, saludable…), no confías en tu capacidad de hacer cosas, no estás viendo tus dones y talentos (no soy lo suficientemente bueno para… estudiar, hacer ejercicios…), estás intentando redescubrirte, saber quién eres (quiero ser… como fulano, reconocido…) y por último, definitivamente estás convencido que para que otros te quieran o te tomen en cuenta, condicionas el afecto (me van a querer si… soy más…, hago…, me porto bien…, soy popular…).
Y sí, aunque suene duro, se te está pasando la vida queriendo tener otra o dudando de la tuya. Y mientras estás juzgando tu apariencia, tus capacidades, tu identidad y tus relaciones, estás dejando de atender esas heridas emocionales del pasado que hoy salen a la luz y te impiden sanar aquello que te creíste alguna vez y que aún te estás creyendo.
En este momento, esas heridas pueden estar manifestándose a través de tus pensamientos, generando una respuesta emocional de ese niño herido que alguna vez fue criticado, abandonado, rechazado, humillado, maltratado, descuidado, comparado, descalificado y que hoy siendo adulto, no sabe qué hacer.
La gran pregunta que surge es ¿qué estás haciendo para sanar tus heridas emocionales?
Toma lápiz y papel y atrévete a descubrirlas, identificarlas y por supuesto a atenderlas…
Te dejaré por acá algunos primeros pasos para que comiences a ocuparte de ellas.
- Reconócelas. Acepta que están allí.
- Tráelas a la luz. Sé compasivo y paciente contigo mismo.
- No las evites. Te generará sufrimiento innecesario.
- No insistas en esconderlas. Verlas te preparará para sanarlas y transformarlas.
- No las alimentes más. Date el permiso de perdonar y perdonarte, a tu ritmo.
- Evita el autocastigo. Es parte de tu aprendizaje.
¿Quieres contarnos con cuál o cuáles distorsiones te identificas?
¿Cómo te hacen sentir?
¿Las estás atendiendo?
Me vas contando…
Juntos en tu proceso de sanación y transformación, ¡la seguimos!
najiba
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Gracias por tan valiosos tips. Los tendré en cuenta. Gran valor agregado a mi vida. Bendiciones para uds.
Gracias a ti Carmen Julia. Nos vas contando…
Los últimos dos pasos están en acción
Excelente Vero, ¿qué sigue?